Especificamos el riesgo eléctrico como la eventualidad de circulación de la corriente eléctrica a través del cuerpo humano, siendo para ello necesario que el cuerpo humano sea conductor. El riesgo eléctrico puede originar daños sobre las personas como paro cardíaco, respiratorio, y quemaduras, entre otros. Debido a que la electricidad es el tipo de energía más monopolizada, a veces caemos en la despreocupación olvidándonos de las mínimas medidas de recelo en su uso.
En países como los Estados Unidos se producen más de 1.000 muertos anuales por esta causa, además de 150 muertos por descargas atmosféricas. Las úlceras eléctricas representan un 2% de los ingresos en las unidades de quemados de los hospitales. El 65% se producen en el lugar de trabajo (normalmente empresas eléctricas), el 32% son domésticos y el 3% causas varias.
A título informativo podemos decir que representan sólo del 0,5 al 0,8% de los accidentes con baja laboral, pero esta baja proporción se corresponde con el 8% de los accidentes mortales en los centros de trabajo, lo cual indica que se asocian a lesiones muy graves.
Son más frecuentes en varones de 20 a 30 años, siendo la corriente alterna de baja tensión la más implicada en los accidentes.
¿QUÉ PROCURADORES SE INJIEREN EN EL RIESGO DE LESIONES POR ELECTRICIDAD?
Los agentes que intervienen en los accidentes eléctricos se pueden clasificar en factores técnicos y humanos.
Dentro de los factores técnicos mencionaremos los siguientes:
Fuerza de la corriente que pasa por el cuerpo humano: se ha señalado experimentalmente que es la intensidad que atraviesa el cuerpo humano y no la tensión la que puede ocasionar lesiones debido al accidente eléctrico. En este sentido, comentar que a partir de 1 mA de corriente alterna ya se entablan o percibir hormigueos, y de intensidades hasta 10 mA del mismo tipo de corriente, la persona aún es capaz de soltar un conductor.
Tiempo de manifestación al riesgo: no podemos hablar de valores de intensidad sin relacionarlos con el tiempo de paso por el cuerpo humano. De esta representación, para cada intensidad de corriente se establecen, según el tiempo de contacto, tres niveles:
Nivel de seguridad: comprende desde la mínima percepción de corriente hasta el momento en que no es posible soltarse voluntariamente del conductor. En dicho período no se produce afectación cardíaca ni nerviosa.
Nivel de intensidad soportable: se origina un aumento de la presión sanguínea y alteraciones del ritmo cardíaco, pudiéndose llegar a un paro cardíaco reversible. Además, el nivel de consciencia va abreviando llegándose al coma por encima de 50 mA.
Nivel de intensidad insoportable: estado de coma persistente y paro cardíaco.
Vía de la corriente eléctrica por el cuerpo humano: las consecuencias del contacto dependerán de los órganos del cuerpo humano que atraviese la corriente. Las mayores lesiones se producen cuando la corriente circula en las siguientes direcciones:
Mano izquierda – pie derecho /Mano derecha – pie izquierdo / Manos – cabeza / Mano derecha – toráx (corazón) – mano izquierda /Pie derecho – pie izquierdo
-Entorno de la corriente: diferenciamos entre corriente alterna y corriente continua.
Corriente alterna: su particularidad fundamental es la frecuencia, de tal modo que esa alternancia en el sistema cardíaco y nervioso produce espasmos, convulsiones y alteraciones del ritmo cardíaco. Las altas frecuencias son menos peligrosas que las bajas.
Corriente continua: suele actuar por recalentamiento y generalmente no es tan peligrosa como la alterna, si bien puede inducir riesgo de embolia y muerte.
Resistencia eléctrica del cuerpo humano: entre los factores categóricos tenemos la edad, el sexo, las tasas de alcohol en sangre, el estado de la superficie de contacto (humedad, suciedad, etc.), y la presión de contacto, entre otros.
El valor máximo de resistencia se establece en 3000 Ohmios y el mínimo en 500 Ohmios. La piel seca tiene una gran resistencia, del orden de 4.000 Ohmios para la corriente alterna. En el caso de piel húmeda se reducen los niveles de resistencia hasta 1500 Ohmios, con lo que sólo con 100 V el rigor que atraviesa el organismo puede producir la muerte. La sudoración también es un factor que puede disminuir la resistencia de la piel.
La resistencia en lo profundo del organismo es, en general, 1000 veces menor que la de la piel, siendo menor para la corriente alterna. En el interior del organismo la resistencia disminuye en proporción directa a la cantidad de agua que presentan los distintos tejidos; así, de mayor a menor resistencia tenemos los huesos, el tendón, la grasa, la piel, los músculos, la sangre y los nervios.
Tensión aplicada: Definimos la “tensión de contacto” como la diferencia de potencial que pueda resultar empleada entre la mano y el pie de una persona que toque con aquella una masa o elemento sin tensión. En ausencia de contacto con elementos aislantes, aumenta la tensión de contacto y se beneficia el paso de la corriente. Las tensiones más peligrosas son, para la corriente continua, las cercanas a 500 V, y para la corriente alterna las próximas a 300 V.
¿QUÉ EJEMPLOS DE CONTACTOS ELÉCTRICOS EXISTEN?
El contacto se puede producir de dos formas: directo o indirecto.
El contacto directo tiene lugar con las partes activas del equipo o aparato que están diseñadas para llevar tensión (clavijas, claves metálicos, barras de distribución, etc.)
El contacto indirecto se produce al tocar ciertas partes que habitualmente no están diseñadas para el paso de la corriente eléctrica, pero que pueden quedar en tensión por algún defecto o deterioro (partes metálicas o accesorios de conducción).
¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS QUE PRODUCE LA CORRIENTE SOBRE EL ORGANISMO?
Los más frecuentes son los siguientes:A nivel particular: Quemadura blanco-amarillenta, fibrosa, normalmente de bordes elevados, centro deprimido e indolora. Junto a las quemaduras en la zona de entrada y salida, se establece un área de destrucción celular alrededor, poco aparente al principio. En el trayecto de la corriente por el interior del organismo, se produce pérdida muscular con liberación de sustancias capaces de ocasionar, como en el caso de la mioglobina, trombosis vascular, gangrena y fallo renal por obstrucción de las arteriolas del riñón. Es exclusivo que se produzcan fracturas debidas a la propia corriente y a las fuertes sacudidas musculares que éstas producen. En ocasiones se producen las llamadas “quemaduras por arco”, cuando la corriente sigue la superficie cutánea, por ser la que menos resistencia ofrece, y buscar tierra directamente a partir de la piel. En este caso, las quemaduras cutáneas serán gravísimas, pero la corriente no cruza el cuerpo humano y no hay lesiones internas.
A nivel general:
Según el tiempo transcurrido distinguimos un cuadro precoz y otro tardío:
Cuadro Precoz: Puede llevar al accidentado a la muerte inmediata. Las posibles manifestaciones son:
Paro cardíaco: Se produce al atravesar la corriente el corazón con ausencia de contracción y paro circulatorio. El mecanismo esencial es la fibrilación ventricular, en la cual se producen espasmos cardiacas anárquicas y desorganizadas de numerosas células ventriculares al mismo tiempo. Ello hace que la contracción global del corazón sea inefectiva y no se bombeé la sangre.
Asfixia: Se produce cuando la corriente traspasa el tórax. Ello impide la contracción de los músculos de los pulmones y el cese de la respiración.
Quemaduras: Pueden ser internas o externas, según el paso de la intensidad de la corriente. La presencia de dificultad respiratoria, quemaduras de los pelos de la nariz o de la boca, indican posible riesgo de quemadura interna a nivel del árbol traqueobronquial, de muy mal pronóstico.
Tetanización: O sacudidas por contracciones musculares intensas. Consiste en la anulación de la capacidad de reacción muscular que impide la separación voluntaria del punto de contacto.
Cuadro Tardío:Se caracteriza por la afectación neurológica y renal.
Lesiones nerviosas: Parálisis y contracturas imborrables por lesión del sistema nervioso. Disminución del nivel de consciencia, coma e incluso muerte por convulsiones.
Lesión renal: Bloqueo de la función urinaria y muerte.
¿QUÉ DEBE HACERSE EN CASO DE UN INCIDENTE POR ELECTRICIDAD?
TRATAMIENTO INMEDIATO
Accidentes por baja tensión:
Cortar la corriente eléctrica si es posible.
Evitar separar el accidentado directamente y especialmente si se está húmedo.
Si el accidentado está pegado al conductor, cortar éste con herramienta de mango aislante.
Accidentes por alta tensión:
Cortar la subestación correspondiente.
Prevenir la posible caída si está en alto.
Separar la víctima con auxilio de pértiga aislante y estando provisto de guantes y calzado aislante y actuando sobre banqueta aislante.
Liberada la víctima, deberá intentarse la reanimación inmediatamente, practicándole la respiración artificial y el masaje cardíaco. Si está ardiendo hacerle rodar lentamente por el suelo o utilizar mantas.
TRATAMIENTO DIFERIDO
Control de los trastornos hidroelectrolíticos desde el ingreso hospitalario.
Corregir la posible deshidratación con sueros intravenosos.
La insuficiencia renal se tratará con diálisis si no se recupera en un tiempo prudencial